La inteligencia artificial consiste básicamente en replicar el comportamiento humano por medio de ordenadores y máquinas. Estas imitan las capacidades humanas de resolución de problemas y buscan replicar tareas a partir de información recopilada. Existen diferentes tipos de inteligencia artificial, entre ellas:
Se refiere a crear sistemas que aprenden automáticamente a partir de datos. Busca identificar patrones complejos en millones de datos para predecir comportamientos futuros y estar mejorando sin intervención humana. Acá entran diferentes algoritmos como redes neuronales, regresiones, aprendizaje reforzado, etc. Por ejemplo, puede aplicarse usando datos históricos sobre las ventas y clientes de un negocio, se pueden realizar pronósticos acerca del tipo de cliente, proyecciones de ventas en un día futuro, entre otras.
La visión busca entender e interpretar imágenes o videos por medio de máquinas o computadoras. A partir de estas imágenes, se puede identificar mucha información, como detectar diferentes objetos, obtener descripciones, contar personas, y muchas otras. Por ejemplo, un centro comercial o una tienda puede identificar con cámaras de seguridad el tiempo promedio que permanece una persona en fila, o cuantas personas entran a un almacén o transitan una zona. También en fábricas o sitios de construcción se utiliza para mejorar la seguridad en el trabajo al identificar acciones peligrosas o trabajadores sin los elementos de seguridad personal.
Consiste en crear robots que emulen el comportamiento humano de forma autónoma. Acá se encuentran robots autónomos, capaces de tomar decisiones o realizar funciones humanas, normalmente integrando las categorías mencionadas anteriormente.
Son sistemas que replican la capacidad de decisión humana utilizando problemas lógicos.
Como se mencionó anteriormente con algunos ejemplos, la inteligencia artificial puede ser aplicada a todo tipo de industrias y contextos. Desde aplicaciones simples, como traducir un texto, hasta aplicaciones complejas como carros autónomos. Esta puede ayudar de muchas formas al ser humano, aumentando significativamente la productividad, mejorando procesos, y obteniendo capacidades nunca antes posibles. Por lo tanto, este tipo de tecnologías ha demostrado su utilidad durante los últimos años y se estima que en el futuro la mayoría de las empresas (o todas) tendrán que implementar la inteligencia artificial de alguna forma para mantenerse competitivos.
Microsoft ofrece múltiples productos relacionados con la inteligencia artificial, sobre los cuales se destacan Azure Machine Learning y Azure Cognitive Services. Estos servicios buscan facilitar y hacer más accesible la inteligencia artificial a todo tipo de clientes. Azure Machine Learning es una herramienta que integra todo el ciclo de vida de una solución en Inteligencia Artificial, la cual permite construir, desplegar, y administrar modelos de alta calidad rápida y seguramente. Además de esto, permite construir modelos de inteligencia artificial de forma automática y gráfica, arrastrando y soltando los componentes de cada modelo. Por otro lado, Microsoft Azure Cognitive Services ofrece soluciones pre-entrenadas y ya disponibles para su uso.
De esta forma, Microsoft Cognitive Services elimina la necesidad de tener alto conocimiento técnico para desarrollar modelos y soluciones complejas, lentas y costosas. A través de cuatro categorías base, se puede acceder a múltiples soluciones que pueden ser usadas con tan solo una llamada API. Una llamada API consiste en hacer una consulta a una aplicación, usualmente con una llave y un endpoint. En términos prácticos es la forma en que un computador obtiene información de un servidor, donde con una contraseña de acceso le pide al servidor que le entregue una respuesta (salida) a una pregunta (entrada) que tiene. Así, se puede acceder a soluciones de alta calidad entrenadas por los ingenieros de Microsoft sin necesidad de hacer grandes inversiones en desarrollo.